sábado, octubre 22, 2005

Mi casa es una nación

Sí, todavía tengo que diseñar la bandera y componer el himno, pero la realidad nacional de mi humilde aunque gloriosa morada es innegable. Quien diga que soy excluyente, miente. Todo el mundo sabe que las puertas de mi casa están abiertas a cualquiera que quiera visitarla, lo que no puedo consentir es el incivismo de algunos extranjeros que se llevan los cubiertos o un tarro de mermelada. Pero ahí radica la grandeza de nuestra nación, en no cerrarnos al contacto con otros pueblos aún con los riesgos de degeneración que el mismo conlleva. Y es que no hay hogar en el mundo más bonito que el mío.

(Pinzón Azul)

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