sábado, marzo 11, 2006

Ligaduras

El emigrante entrega su tarjeta de embarque a la azafata, que sonriente le devuelve su cupón. A continuación camina con su mochila a la espalda a través de la pasarela cubierta. Una vez acomodado en su asiento y con el cinturón de seguridad abrochado, recuerda esas palabras que escuchó: "Al fin y al cabo, tampoco tienes nada que te ate aquí." Y con una sonrisa ligeramente amarga piensa que eso tampoco es completamente cierto, nunca lo es.
El avión se dirige hacia la pista, enseguida tomará velocidad y despegará.

(Pinzón Azul)

No hay comentarios: