jueves, marzo 02, 2006

tranquilamente vomitando

Lo he dejado ahí, dentro de ese cuarto. Le están haciendo el dibujo técnico de los latidos de su corazón. A veces lo quiero un poco, a veces lo que quiero es arrancarle la piel de la cara, a veces es solo un ser marchito e inofensivo que ignoro, a veces es toda la rabia del mundo que prefiero no pensar que existe. Mi madre: grande, mágica, sagrada, clarividente y ciega. Él, su tercer marido. Lo veo tan viejo como a mi padre según lo recuerdo. He caído en la cuenta de que los dos habrán durado lo mismo en mi vida. Porque lo que queda de este hombre se esta acabando. Y ahora… mas del doble de tiempo después, repito el mismo papel, como acompañante en las agencias de viaje de la muerte. Su lánguida decadencia ha adquirido un personal tono patético. Las orgullosas composturas de soldadito hace tiempo que fueron cagadas como puro excremento vital después de ser devoradas por las cobardías de la verdadera persona.

(el Futuuuuro)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vale la pena de vez en cuando pasarse por aquí. Chapeau Monsieur "Quietly Puking"

Anónimo dijo...

"Mi madre: grande, mágica, sagrada, clarividente y ciega." ¡preciosa manera de describirla!...un momento de luz y calma entre tanta dureza.