martes, junio 20, 2006

El código de la imbecilidad

Me da igual si María Magdalena folló con Jesús o no. Me da también igual si éste no era el verdadero Hijo sino que servía a uno de los discípulos. Me importa un carajo toda la parafernalia de los templarios. Me trae sin cuidado lo que haga o deje de hacer la curia vaticana. Pero lo que me crispa, lo que no soporto bajo ningún concepto, es que ahora la gente se apoye en ésto para apostatar de la Iglesia Católica. Cómo si no hubieran otras razones. Y claro, me veo; yo ateo hasta la médula y receloso de las prácticas y discursos vaticanos; defendiendo la institución y sus pilares. No somos nadie, que diría un amigo.

(el Kartero)

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