domingo, junio 18, 2006

Salto al vacío

Un muelle. Marea baja. Cuatro metros y el mar, frío y a la vez acogedor, sé que cuando entre en el ya no querré salir. Sin embargo permanezco arriba, mirándolo, con la mente perdida y dudando de si salto o no. Esta metáfora-sueño ha sido una realidad a lo largo de mi vida, la conozco perfectamente desde que la asocié a mis momentos más complicados cuando aún era un niño. Y esporádicamente, cuando mi mente la rescata, sé que ya sólo me queda saltar, que ya no hay vuelta atrás, que nunca he salido seco de esas situaciones, que jamás he salido del agua por el mismo muelle desde donde me lanzaba, sino que he empezado a nadar y a nadar dejándolo atrás. La diferencia es que esta vez no estoy sólo y me asusta pensar que ya empiezo a pensarlo, que ésto no lo voy a poder parar. Quizá sea momento de compartir el mar, al fin y al cabo es lo único de mi que puedo dar.

(el Kartero)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

noble

Pepe Rodríguez dijo...

vaya