sábado, octubre 29, 2005

Así empezó todo

Mi mujer solía quejarse de todo lo que yo hiciera, con razón o sin ella. Y si viera ahora todas las horas que paso sentado delante de este ordenador, seguro que pondría el grito en el cielo. Y además, probablemente hubiera llegado a pensar que me estaba convirtiendo en un pederasta o un terrorista, con esas cosas asociaba ella el internet, gracias al rigor de la televisión.
Pero si ahora estoy tecleando estas líneas es porque la echo de menos, eso está claro. Y si después de haber tenido que enterrarla no hubiese descubierto este mundo, a saber que sería de mí. Probablemente me habría convertido en un ser lastimoso que no pararía de quejarse de su ausencia.

(Don Bartolo)

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