Aún no se como conseguí llegar anoche a casa. Diluviaba como nunca y el quedarme sola con un piso que no podía pagar hacía que el cielo, mojado cómo estaba, se me viniera encima.
Lo que de ninguna manera me podía imaginar fue que al llegar me encontrara con aquellos dos perdidos en el portal, refugiándose también, de un cielo que se les venía encima.
Por esas cosas que suceden algo me hizo invitarlos a subir. Hoy ha dejado de llover y no haré frente sola al alquiler de este techo.
(el Kartero)
No hay comentarios:
Publicar un comentario