Se acaba de morir el pibe del otro día. Sí, aquel que decía que sólo quería ser como los demás niños. Pues se acabó. Y llevo todo el día sin conseguir sentarme en mi banco. Ese pintorreado que está al otro lado de la calle. Justo enfrente de la puerta del colegio. Lo veía venir. Ya lo dije. Es una puta mierda de lotería donde nos toca nacer. No somos diferentes cuando nos dan la primera nalgada para hacernos respirar. Lo somos desde el momento que nos depositan junto a la persona que será nuestra madre. Hay un instante justo antes de ese momento en el que incluso podríamos ser reyes.
Se acaba de morir porque el cabrón de su padre se lo ha cargado junto a su madre.
(el Kartero)
No hay comentarios:
Publicar un comentario