sábado, diciembre 31, 2005

4 años, 3 meses y 9 días

Todo comenzó por el flechazo. Después llegó la pasión, no exenta de un considerable grado de lujuria. Pero no tardaron en aparecer los malentendidos y las escenas de lágrimas y portazos. Y es que siempre una de las partes se moja más, pero aún así la historia continuó y nos creímos que podíamos ser felices. Supongo que a ambos nos convenía, aun cuando por mi parte pagué el altísimo precio de una intolerable sumisión. Y claro, un día tuve que decir basta. Lo que ella no podría imaginarse es que fuera a ser de esa forma, sin aspavientos ni gritos, con la mayor serenidad del mundo y además creyendo más que nunca en nosotros. Pero ella no lo vio igual, de hecho si no fuera por eso ahora no estaría escribiendo este texto para cerrar este año en el que tantas cosas he visto cambiar.

(Pinzón Azul)

No hay comentarios: