Desde que lo descubrí supe que Guido Laremi no iba a ser un personaje normal y corriente, y precisamente por ello tuve que dejar que pasara un tiempo antes de seguir conociéndolo. Qué curioso, igual que su amigo Mario. Y ahora que he recuperado el contacto con ambos me fascina la naturalidad con la que rompe ese muro de cristal que todos conocemos, y también como le dice a un fascista la más evidente de las verdades. También están sus contradicciones, claro, pero, a quién coño le interesan las personas que carecen de las mismas?
(Pinzón Azul)
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