Siempre he sido un hombre escéptico, pero hubo un día concreto en mi juventud en el que creí en Dios. Y eso fue porque la noche anterior tuve un sueño maravilloso. Más que soñar aún me atrevo a decir que viví mientras dormía eso que tanto anhelaba pero que sabía perfectamente que era imposible. Fue un regalo del cielo.
(Don Bartolo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario