Disfruta de tu cerrilismo. Señala al diferente. No permitas que nadie altere tus sagradas costumbres. Vela por la pureza de la estirpe. Laméntate, quéjate, eres la víctima y no debes dejar de quejarte. Y si los acentos que escuchas no te gustan, no te quedes cruzado de brazos. Si tienes que golpear, hazlo.
(Pinzón Azul)
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