miércoles, febrero 08, 2006

Las historias que me encuentro

El hombre, que a todas luces era político, cogió el periódico, lo dobló por la mitad al mismo tiempo que observó por si alguien lo miraba y comenzó a leer. Su rostro se volvió serio, sus mejillas enrojecieron y en un discreto y hábil movimiento aflojó el nudo de su corbata. Ya dentro del avión, y habiendo observado detalladamente todos sus movimientos, pedí el diario, lo doble de la misma manera y comencé a leer donde venía su foto. Mi semblante enmudeció y un frío sudor recorrió mi espalda; por suerte viajo sin corbata.

(Rayo, el Mulo)

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