Me tiro por el primer precipicio que encuentro. No es muy difícil encontrar precipicios en esta vida, ni que estos me encuentren, aunque me esconda. A menudo sólo puedo ocultarme dentro de uno… yo. Aún no se como vivir, de que moral vestirme, ni como hacerlo. Aún soy un niño torpe que no sabe atarse los cordones del espíritu. Corro con las ligas sueltas, tropezándome y cayéndome. Me basta la mínima protección y no necesito asegurarme de ella, sólo tenerla por el momento. Era falso, tengo demasiados cordones, están atados alrededor de mí. No corro, me revuelvo, me agito, soy un desesperado animal salvaje intentando escapar de una trampa complicada, desconocida y oscura. Tengo miedo, rabia e impotencia. Tampoco es verdad. No corro, no estoy atrapado… me arrastro. Cargo mucho peso. Soy un cristo de la pasión sin cruz y sin fe, pero con una gigantesca nube de espinas comprimida dentro de la cabeza. Así que voy a tener que infligirme un gran golpe para partir en dos esta dura cáscara. Lo bueno es que al igual que le pasaba al viejo Jesús, mi espíritu cojo no tiene que atarse los cordones, mas bien anda sobre cholas de esparto.
(El Futuuuuro)
5 comentarios:
Personalidad expandida y un poco confundida también.
creo que te equivocas de personaje. Deberías mandarte a mirar esos prejuicios.
Too late my almost friend, the fuuuuutur is the past
Impresionante debut, y atención a la última frase.
...teorías, filosofías, psicoanálisis personales, análisis del mundo, principios, nostalgias, sufrimientos, obsesiones, bloqueos,complejos, recuerdos, prejuicios, traumas...
"¡estos humanos cómo tiran su tiempo!": la vida pasa por delante de nuestras narices y se descojona, de mí el primero.
Publicar un comentario