miércoles, abril 26, 2006

Mi primer ron

Mi relación con el ron se remonta a los tiempos de colegio, cuando veía a los mayores beberlo mientras jugaban a las cartas, al dominó o incluso a nada en general. Lo bebían en aquellos vasos pequeños con la base llena de laditos, vasos que ya podían tener diez años pero que seguían cristalinos. Ventajas de lavarlos a mano. Recuerdo que en una ocasión, después de hacer un mandado, mi recompensa fue probar, por primera vez, un buchito de aquella amarillenta bebida. Me inició Seño Juan el Canario, y me sentí importante durante casi una semana, recuerdo que se lo contaba con detalles al resto de los amigos, incluso les decía que me había bebido un vaso entero de una jalada y que no había repetido por tener el estómago vacío. Cómo me miraban, cuando en realidad, nada más mojar los labios, sentí la voz de mi abuelo decir; - Juan, vas a emborrachar al chinijo. Y éste, al tiempo que me lo quitaba decirle, - Esto no es malo, no me ves a mi, para noventa años casi. Y así fue, vivió casi diez años más. Lo de su nombre, Seño Juan el Canario venía de tiempos de la guerra cuando era el único isleño en su batallón, allá por tierras castellanas. Luego cuando llegó a Lanzarote lo siguió conservando por ser de Gran Canaria en la Isla Conejera.

(el Kartero)

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