Esperó a estar casi muerto para terminar su biografía. Tan preocupado estaba por no dejar nada fuera que la necesidad de describir la muerte misma hizo que aún tomara notas cuando desfallecía. Su sobrino, años después, al ordenar todos sus papeles, se dio cuenta que todos estaban vacíos. No contaban nada. Tanto empeño por incluirlo todo con pelos y señales, mientras permanecía absorto en su cuarto, habían hecho que se quedara sin vida que contar.
(el Kartero)
No hay comentarios:
Publicar un comentario