lunes, julio 10, 2006

Un Chasquido

Un chasquido, un click o un clack. Un sonido seco al fin y al cabo. Un sonido que de producirse sería tan evidente que ya nada nos haría dudar de que vayamos abocados al abismo. Los que viven rodeados por campos de minas terminan convirtiéndose en prisioneros del azar. Por más que anden y desanden sus pasos siempre queda la posibilidad de un mínimo error, de un titubeo que termine con un pie sobre uno de esos percutores que terminen decidiendo por nosotros. Pisar, sentir el chasquido, activar el detonador, y entonces permanecer inmóvil. La música suena y ya sólo nos queda bailar a su ritmo. Pensar a donde saltar, mirarnos el pie y entregarlo para salvar todo lo demás, dudar el salto, detener el tiempo, sentir el latido del corazón, respirar el aire que se vuelve más denso, cargarse de esperanza y de pronto saltar y ver que no saltamos solos, que el suelo se levanta, que la música cambia, que hay más sonidos, qué no nos sentimos enteros. Luego el silencio, nada duele, y ese maldito pitido que lo invade todo y nos impide recordar el chasquido, en forma de click o de clack.

(el Kartero)

No hay comentarios: