Lo único que me diferenciaba en aquel momento de ellos era la falta de experiencia para distinguir entre lo que era comestible y lo que sólo me traería problemas.Es inimaginable el aguante del ser humano en condiciones límites. El ser participe de una escena que tantas otras veces repudié no hacía más que ahondar el hoyo que se había producido a mi alrededor y que me estaba succionando hacia el abismo del más implacable de los futuros posibles.La fragilidad de nuestras vidas es tal que si nos diéramos cuenta de ello no tendríamos ni tan siquiera el valor de salir cada día a la calle. Si supiéramos que cada paso que damos lo hacemos sobre una cuerda floja estoy seguro de que nos preocuparíamos por lo que hay tras la caída.Al menos me queda mi yo pensante que si bien no será capaz de sacarme de ésta si que al menos se enfrentará a todo desde la razón. Aunque sobre esto último tengo mis dudas pues si algo predomina en lo que me rodea son mentes cuyas razones han salido huyendo. No obstante seguiré haciendo estas disertaciones mientras busco la cena en un cubo de basura.
(el Kartero)
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