domingo, febrero 19, 2006

El día en que me muera

El día en que me muera, que será algún día de estos, no me voy a llevar nada que no pueda pensar o sentir en el proceso de muerte en sí. El día en que me muera evitaré pensar en lo inútil de los sinsentidos pues ni siquiera eso, un último pensamiento, nos habrán aportado. El día en que me muera, si esta no me aniquila por sorpresa y me deja saborearla y morirme excitado con el momento más melancólico de cuantos puedan existir, voy a pensar en cómo crecí, en los amores que amé al descubierto, y en los escondidos también, en los amigos, en las amigas, en el aire de los montes, en los barcos sobre el horizonte, en las charlas, en los grises de mis fotos, en las lecturas de mis textos, en los aprecios a los otros, en los aprecios de los otros, en las pieles del sexo, en los olores del sexo, en los orgasmos del sexo y en mis chicos, que llorarán mi muerte pensando, igual, que me voy triste.

(el Kartero)

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