sábado, febrero 11, 2006

Hiperbreve Negro

Le bajó la otra mano hasta ponerla a la altura de sus riñones. Un nítido e instantáneo clic la dejó a merced de los grilletes, de un decidido golpe a la altura se sus tobillos la separó de piernas y momentos después ya le tocaba, con firmeza, cada centímetro de su piel. Al palpar sus nalgas introdujo su mano en un bolsillo y al tiempo que la sacaba, acercado a su oído le decía: -Se te va a caer el pelo, muñeca. ¿Para quién son estas papelinas?

(el Kartero)

No hay comentarios: