Me han pedido que escriba algo feliz y después de llevar un rato pensándolo he decidido salir a buscar una nariz de payaso y perdices para el final, para, con su comida, certificar la felicidad. Ahora llevo un rato sentado frente al ordenador y no se me ocurre nada. Si miro de lado veo mi reflejo, con esa enorme bola roja bajo mis ojos, en la pantalla, sobre el espacio en blanco donde debiera escribir. No ha sido suficiente. La próxima vez saldré a comprar unos pañuelos de papel. Así escribiré mientras lloro tus ausencias que es lo que, por desgracia, me hace feliz.
(el Kartero)
No hay comentarios:
Publicar un comentario