Desde mi cama tan sólo puedo ver un trocito de mar. Bien es cierto que todo lo demás es cielo hasta terminar la ventana pero no suple mi carencia tanta nube, tanto aire. No obstante he de aferrarme a él pues me han dicho que me trasladan en breve a otra habitación. Una sin ventanas. No deja de tener gracia que me consideren peligroso de suicidio. Esos ordenadores, que deben haber tomado la decisión, no saben, los pobres, que sin piernas y sin una mano no seré capaz de bajar de esta cama y trepar por la ventana. Ni tan siquiera para ver el mar, que sí que merecería la pena.
(Ursus)
No hay comentarios:
Publicar un comentario